Todo comenzó una noche de amor de 1982. Huberto Roviralta, todavía no tenía su fama como marido de Susana Giménez, y frecuentaba a una hermosa rubia llamada Alicia Golán.
Se habían conocido después de un partido de polo, en 1981, en la estancia del reconocido cirujano José Juri, pero los encuentros se cortaron abruptamente cuando ella habría quedado embarazada y él supuestamente no quiso seguir adelante ni reconocer a la criatura.
Por estos días, la mujer salió hacer pública la situación argumentando que el chico, hoy de 25 años, tiene problemas de adicciones y “está en riesgo su integridad física”.
Asimismo, y en diálogo con el programa “Los profesionales de Siempre”, desmintió que exista algún “afán de lucro” en su reclamo.
“En ningún momento le pedí dinero, no me moviliza eso”, aclaró, y detalló que sólo una vez intentó un acercamiento del pequeño con Roviralta, aunque luego desistió debido al poco interés mostrado por el polista que sólo logró entristecer más al por entonces niño.
La denuncia por abandono de persona fue presentada hace unos años en el Juzgado Criminal de Instrucción N° 48. El ex marido de Susana está al tanto de la situación y estaría dispuesto a someterse a una prueba de ADN, a cambio de que su supuesto heredero renuncie a la futura posesión de sus bienes.
A pesar de todo, Golán sostuvo que siempre quiso conservar una buena imagen paterna en su hijo. “Siempre le hablé bien de él. Incluso con la separación de Susana yo le decía que no era tan así”
La mujer señaló además los supuestos motivos de la negativa de Huberto para continuar con el embarazo. “El me decía que quería ser padre después de los 50”. Algo por lo que finalmente habría aostado, ya que el año que viene contraerá nupcias con una joven profesional (29 años) a quien sólo se conoce como “M”.
