La noche se completaba con las nominaciones, el “don” a cargo de Juan Emilio (que lo habilita a salvar a alguno de los compañeros), Renzo, que al atender el teléfono se le duplicaron los votos y la presentación de “Gran hermano Paraguay”, un programa ficticio creado con el propósito de competir con la versión Argentina (conviene aclarar, verdadera).
Por supuesto, Rial se comunicó con GH Paraguay para presentar la casa (que no es más que una escenografía) y a los supuestos participantes (actores en realidad), que mostraron el set y coordinaron la mentira que se pondría en práctica momentos después, cunado se haría el puente entre ambas casas.
A las 22.40 se produjo la comunicación “vía satélite”, con un largo momento para las presentaciones de ambos lados. Después, en uno de esos momentos televisivos que vistos en la perspectiva del conductor eran “históricos” y que para la audiencia se podrían calificar como inexplicables, ambas casas se trenzaron en un duelo de cantitos futboleros, en donde abundaron los ¡Argentina! ¡Argentina! y lo propio del lado paraguayo.
Más adelante -después de mechar algunas nominaciones-, siguieron las presentaciones, las declaraciones de simpatías entre las chicas y chicos de las dos casas y hasta algunos que se animaron a cantar (del lado paraguayo en guaraní).
El engaño siguió, con un desafío entre ambos países que se deberá realizar antes del viernes (correr en la cinta el equivalente a 70 km), con el premio, por cierto bastante humilde, de pizzas, cerveza y helado para los jugadores.
Sin mayores novedades sobre el anunciado embarazo, finalmente se conocieron las nominaciones: Darío, Soledad, Andrea y Mariana. Juan Emilio, que podía inmunizar a uno de sus compañeros, eligió a Eugenia que no estaba en la placa, por lo que el recurso no influyó en el resultado final.
