Dominando la escena con un papel en la mano, Jorge Rial empezó el programa leyendo la “rutina” del la noche, y después, dramáticamente tiró las hojas y anunció que todo el esquema había estallado a partir del deseo de Mariana de abandonar la casa. Y claro, anunciando que la participante debería comunicar su decisión frente a sus compañeros.
Las primeras imágenes tuvieron que ver con Mariana hablando con el resto de los participantes (exceptuando a su enemigo Renzo), contándoles que no aguantaba la tensión y que además extrañaba a su familia. Después las peleas, las periódicas peleas que se suceden mientras que pasan los días dentro de la casa.
Uno de los conflictos fue por un vaso de yogurt, que como siempre, fue una excusa para medir fuerzas y testear liderazgos. Pero más allá de las habituales peleas, esta vez los conflictos hicieron mella en Mariana, que finalmente rectificó su decisión de irse del encierro.
A las 22.30 empezó un largo diálogo entre el estudio y la casa, con cada uno de los participantes hablando sobre qué significaba la salida de Mariana. Por supuesto el que más se extendió fue Renzo, con quién más había tenido más roces en la convivencia.
Y Renzo, belicoso desde el comienzo fue uno de los protagonistas de numerosas peleas con varios jugadores. Uno de los cruces fue con Soledad, que inmediatamente fue al confesionario a utilizar la nominación espontánea contra el cordobés, pero tuvo que volver sobre sus pasos porque… ya se había usado el recurso (por Andrea contra Renzo y Juan Simón).
A las 23.30 Mariana salió de la casa entre los llantos desgarradores de Andrea y Florencia, sensibilizadas por la repentina partida. Afuera la aguardaban más lágrimas, propias y de los familiares que la esperaban en el estudio
