viernes, 21 de septiembre de 2007

Conocé el caso de las salchichas rellenas de juguetes sexuales


Parece que no tenía lugar donde guardar sus “juguetes”. Después de pensar y pensar se le ocurrió una idea, esconderlos dentro de dos enormes salchichas Schwartenmagen, las más grandes del establecimiento. Fue a la carnicería, compró el alimento, se fue a la casa y al rato volvió al comercio para pedirles un favor, que le guarden las salchichas en la cámara frigorífica. Todo muy extraño. Los dueños del local llamaron a la policía. Revisaron el material (entiéndase la comida) y encontraron lo impensado: dos consoladores como relleno.

Todo ocurrió en una carnicería de la localidad alemana de Mannheim. Aún, dueños y vecinos, no pueden creer la historia que de ahora en más se conocerá como “las salchichas sorpresa”.

La prematura investigación del caso cuenta que el “escondedor” iba a viajar al día siguiente a Dubai y quería llevar los consoladores con este envoltorio comestible para que pasaran inadvertidos por los controles de seguridad del aeropuerto.